Oriundo de San Rafael, Mendoza, de 43 años, se marchó de su casa a los 15 años para comenzar a estudiar en la escuela de Suboficiales en Córdoba con el fin de ingresar a la Fuerza Aérea.
Allí estudió y lo destinaron a la mecánica y como tripulante del sistema Mirage en Tandil, donde trabajo durante 18 años hasta el año 2015 en el que los aviones fueron desprogramados.
Además pasó cuatro meses viviendo en el frío de la Antártida, cumpliendo un sueño que comenzo así: «Tuve la posibilidad de ir en 2005, haciendo tareas en la parte de electricidad. Volamos a Ushuaia, embarcamos el Irizar (Almirante Irizar, buque de la Armada Argentina) y estuvimos navegando por toda la Antártida. Estuve en la Base Matienzo con otras diez personas durante cuatro meses, sin teléfono, sin internet, sin nada. Fue muy lindo», contó una vez.
Posteriormente se desempeño en el sector de Ceremonial y Protocolo de la Secretaría General de la Fuerza Aérea Argentina y luego pasó a la Federación Deportiva Militar, que se encargaba de la organización de competencias deportivas entre miembros del Ejército y de apoyar a los militares que son deportistas.
Realizó un curso nacional en Olavarria y fue en Tandil donde comenzó su carrera de árbitro por la Liga Tandilense (2001) y diez años después ya estaba dirigiendo en Primera División.